Miguel Serrano, la pérdida más solidaria

He visto, en otras ocasiones, y por otras cosas, gente con voluntad de ayudar pero os aseguro que nunca había sentido nada igual. Lo de los voluntarios que han participado en la búsqueda de Miguel Serrano era otra cosa, difícil de describir si no se vive. No era solidaridad, no eran simples ganas de colaborar, no era compasión con la familia, era otra cosa, que yo definiría lejos del significado que ahora pueda tener, ILUSIÓN, CORAJE y quizás RABIA en el quinto día de búsqueda.

Hablé con unos y con otros y todos creían que iban a ser ellos quienes iban a encontrar a Miguel, miraban en matorrales, debajo de las cabañas, movían piedras, atravesaron ríos, les llovió, les granizó, ascendieron por zonas rocosas, a veces peligrosas, como creo que nunca lo hubieran hecho y no aparentaban miedo. 

Mujeres, jóvenes, adolescentes, hombres…unos ataviados con ropa de montaña y otros no, unos más preparados y otros menos y todos han salido ilesos por fuera pero con heridas por dentro porque todos tenían la esperanza, la firme esperanza, de encontrar a ese niño de 14 años, natural de Montilla, con vida, refugiado en cualquier sitio, cobijado en cualquier zona de este parque natural, que a veces, por desgracia también trae noticias amargas, como esta. 

El caprichoso destino quiso ayer que, de todos los voluntarios venidos de toda la geografía andaluza y de todos los profesionales que han participado en la búsqueda (Guardia Civil, Policía Local, Bomberos, GREA, Agentes Forestales, unidades caninas, Cruz Roja, Protección Civil, etc) fuera un grupo de vecinos de la zona quien encontrara el cuerpo sin vida de Miguel. Digo el caprichoso destino porque también esta sierra muestra su cara menos amable a quienes más la quieren, a los de aquí. Quizás, es la peor forma que tiene de desmostrarles a los que la pisan a diario que no le tengan miedo pero sí respeto. 

Así, que desde esta voz de las montañas que hoy vuelve a escucharse, mi más sentido pésame a la familia, comprensiva y colaboradora con quienes a golpe de lápiz, grabadora, libreta y cámara nos hemos acercado estos días al camping del Puente de las Herrerías o hemos participado en alguna de las batidas con el único afán de ayudar y contar lo que allí estaba ocurriendo. 

Miguel Serrano, DEP.