domingo, 5 de febrero de 2012

‘María’ ya duerme tranquila

Ahora que lo pienso, ni siquiera sé si se llama María, ni pregunté cual era su nombre, la verdad me gusta recordarla como ‘María’, quizás porque así se llamaba mi abuela y tenían algo en común, no sé muy bien qué es. 
Para que lo entendáis, conocí a María porque me empujó, quería apartarme para meterse en el meollo, no para ocupar mi lugar, sino para fastidiarme ‘la foto’, así lo pensé yo en ese momento. No creáis que lo tuvo nada fácil, nada consiguió que me apartara en un primer momento. Había ido a Quesada a por una ‘foto’, y no me vendría sin ella porque una señora, ya de una edad avanzada, me propiciara un empujón. Así que me propuse resistir, usted me empuja, pero yo no me quito, usted me molesta, pero yo no le permito pasar. Pronto, otro empujón más, me volví dispuesta a decirle que dejara de molestar y vi cómo tenía los ojos llenos de lágrimas. Sin más me retiré y al mirar al frente comprobé que me había equivocado, que lo que tenía delante era la noticia, que ellos eran los protagonistas y que ahí estaba ‘mi foto’. María sólo quería acercarse a sus dos hijos, que estaban frente a mí, sentados alrededor de una mesa en el día de la inauguración del nuevo centro de discapacitados de Quesada, el que quizás algún día sea ‘su casa’.  María les cogió la mano y rompió a llorar, pronto se acercó un hombre, mayor, casi o más que ella, quise pensar que sería su marido, tampoco pudo aguantar la situación y también lloró, al parecer ambos lloraban de felicidad. Yo tampoco pude contener las lágrimas.
Ahora, espero que puedan dormir tranquilos, quizás sus hijos cuando ellos no estén encuentren allí su hogar.