Señores, ¿qué tendrá el sillón? Más de una vez he
intentado estar durante toda un día sentada en el sillón, no cualquier sillón,
sino el sillón de mi casa, que tantos años llevo sentándome en él, y siempre
acabo cansada de estar amodorrada y cómoda en todas y cada una de las posturas
que adopto. Es por eso que desde hace algún tiempo me pregunto… ¿qué tendrá el
sillón?, no el de mi casa, claro está, ese es en el que os digo que me canso de
estar sentada…sino el sillón de políticos, gerentes, directores…y un largo
etcétera.
Imagino que sentarse será como estar entre algodones
que te rodean por todas partes, allí ni frío ni calor, ni tristeza ni alegría,
ni miedo, ni hastío, tampoco euforia, porque nunca saben qué les deparará el
día, o eso dicen, cuando unos y otros claman al cielo las mil y una noche que
pasan en vela viajando, trabajando y pensando cómo mejorar el país, la empresa
o cualquier otra entidad pública o privada. Supongo que no será la misma noche
en vela que pasa el que está en paro, tiene una familia, una hipoteca, hijos a
cargo, riesgo de desahucio y no tiene dinero ni para comprar pan, el mismo que se tira por cajas en
los actos diarios, aquí y allí, en los que hay un “aperitivillo” o una “copilla”,
a los que a veces los periodistas asistimos de rebote. Si no lo viésemos pues
no hablaríamos, eso pensarán algunos y cuánta razón no llevan.
Y todo esto es porque ayer asistí a una reunión
informativa donde hubo dimes y diretes. El problema, el sillón, el maldito
sillón, en el que se está entre algodones. Una cooperativa, más de 2.000 socios y no
opina ni una cuarta parte. Hubo elecciones, votaron menos de 70 y se reeligió a
la antigua junta rectora, no había otra candidatura. Aparece un sector crítico,
que en su momento no tenía candidatura y no se presentaron a las elecciones, un
grupo de socios que se arma de valor y quiere derrocar al anterior (eso dicen
los ofendidos, los que están en el sillón ahora). Los críticos dicen que no, que son
la voz de muchos socios descontentos y que con la recogida de firmas, 240, sólo
querían convocar una asamblea general extraordinaria, que es mañana, y donde
pedirán la revocación de la directiva y por consiguiente convocar nuevas
elecciones y que los socios vuelvan a expresarse democráticamente, ya saben
ustedes con el poder del voto. Al parecer las anteriores elecciones no fueron
muy claras, votó nada más que un 3 por ciento de la masa social de la
cooperativa y hubo tarara en la asamblea. La nueva candidatura, compuesta por
mujeres y hombres jóvenes, animan a los socios a que conformen otras listas
para que haya pluralidad y no todo se decida, en caso de que haya elecciones,
entre los que hay ahora en el sillón y el sector crítico, que alega entre otras
cosas la mala gestión de la cooperativa.
Teniendo en cuenta el mal año para los olivareros y
los problemas reales que tienen…yo me vuelvo a preguntar por qué se pelean ahora
por el sillón.
No sé si todo esto tendrá que ver con la pregunta
del principio, la del sillón. Hilen ustedes.